Del cuerpo hacia la luz

«Siempre me resistí bastante a enunciar las premisas del Sistema de Río Abierto. Fundamentalmente la resistencia está ligada a la convicción de que el camino para este trabajo es desde la vivencia y que, en todo caso, la traducción de las experiencias a algo que se pueda compartir desde la palabra es posterior. Estoy convencida de que el aprendizaje no empieza por la enunciación de las premisas, sin embargo quiero intentar el enunciado de las herramientas que hacen al Sistema y delinear la concepción de ser humano de la que parto.
El trabajo sobre sí es el eje de nuestro sistema y está orientado a que las personas puedan llegar a ser quienes son, a vivir esencialmente. De la combinación de la música, el movimiento y la expresión surgen todos los trabajos. El movimiento, el masaje, las dramatizaciones, la liberación de la voz, las artes plásticas, todas son herramientas para expandir la conciencia y facilitar ese contacto de cada uno con su esencia. Para reconocer los personajes que usamos, para reconocer nuestra falsa personalidad y los mecanismos que tenemos, es necesario expandir la conciencia. El trabajo sobre sí es una búsqueda de integración de los aspectos más terrenales, más concretos e individuales y de nuestra conexión con lo trascendente. Hay una búsqueda de descubrir y aprender a cubrir las necesidades básicas, de existir como persona humana socialmente y a la vez tomar contacto con lo trascendente, asumirse como ser que trasciende. En este trabajo aprendemos a vivir en el tiempo del reloj y en el tiempo de la eternidad. Hay un nivel de ser que está sumergido en el cosmos y reconoce las leyes cósmicas sin rebelarse. En ese nivel todo es fácil, soy creador y me manejo por menos leyes porque estoy en contacto con el absoluto. Pero hay otro nivel de ser que sufre su condición humana. Es un prodigio estar vivo, pero aunque pensemos que del otro lado hay algo, estamos bien aferrados a este prodigio y a todos sus avatares.»

María Adela Palcos, ‘Del cuerpo hacia la luz’ (Editorial Kier)
Fragmento del capítulo II, Algunas premisas.

Publicado por: Fundación Río Abierto